Dado que han bajado las expectativas de inflación a 12 meses, Credicorp cree que se están dando condiciones para una relajación monetaria.
Varias entidades han venido actualizando sus proyecciones macroeconómicas para Colombia en 2023. Entre ellas, Credicorp Capital, aunque aún espera una desaceleración económica, revisó al alza su pronóstico de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), pasando de 1,3% a 1,6%. Para 2024, la proyección es de 2,2%.
«Dicho esto, seguimos previendo un ajuste relevante tanto del consumo como de la inversión privadas en medio de condiciones financieras ajustadas, precios elevados, impuestos más altos y una mayor incertidumbre política. En concreto, prevemos que la inversión total se contraerá y el consumo privado apenas crecerá en 2023 tras un ritmo de expansión insostenible en años anteriores», señaló la firma en un documento.
Se espera que el gasto público apoye el crecimiento económico, pues la inversión pública sería más fuerte a nivel subnacional por ser el último año de gobernadores y alcaldes, mientras que el Gobierno Nacional planea subir los gastos primarios en 2% del PIB frente a 2022.
Para Credicorp, las exportaciones netas contribuirían de forma positiva al crecimiento debido al ajuste esperado en la demanda interna (-0,1%).
Los riesgos en las proyecciones tienen que ver con la incertidumbre en el entorno global y su potencial efecto sobre el comercio y el precio de las materias primas, así como por los efectos potenciales de las reformas que impulsa este Gobierno.
«Recordemos que la administración Petro ha propuesto cambios que podrían afectar las reglas del juego de sectores estratégicos (ej., transición energética, intervención en servicios públicos, congelamiento de tarifas de peajes, reforma de salud), así como generar un aumento generalizado de los costos de producción (ej., aranceles de importación y reforma laboral, aunque esta última se hundió en el Congreso). Así, creemos que las empresas mantendrán una postura de esperar y ver, aguardando más claridad y condiciones financieras más flexibles, lo que generará presiones de corto plazo sobre el empleo y la inversión».
La inflación bajaría a un dígito
En cuanto a la inflación, Credicorp estima que el indicador cerrará este año en 8,4% y el próximo en 4%. Lo anterior, teniendo en cuenta que el IPC empezó a desacelerarse de forma gradual, alcanzando una variación anual de 12,13% en junio.
«El grupo de alimentos ha sido el principal factor detrás de la reducción, mientras que la inflación de bienes se ha moderado en los últimos dos meses, lo que estaría reflejando el ajuste en curso en la demanda de los hogares por bienes y el comportamiento favorable del peso en lo corrido del año».
Por el contrario, señala la firma que la inflación regulada ha tenido una tendencia alcista en medio de los aumentos en el precio de la gasolina que ha hecho el Gobierno.
«Esperamos que el proceso de desinflación gradual continúe por: la normalización de precios de alimentos, la reducción esperada en la demanda interna y la reciente apreciación del peso. Sin embargo, los riesgos siguen siendo significativos por: la incertidumbre respecto a la senda futura del precio de los combustibles, el tipo de cambio, el fenómeno de El Niño en el segundo semestre de 2023 y los potenciales efectos de la política gubernamental de aranceles inteligentes».
Tasa de interés empezaría a bajar
Dado que han bajado las expectativas de inflación a 12 meses, Credicorp cree que se están dando condiciones para que en el segundo semestre de 2023 inicie un ciclo de relajación monetaria. Esperan que la tasa de interés del Banco de la República llegue a 10,75% en diciembre.
«Dicho esto, también reconocemos que es poco probable, al menos por ahora, que el BanRep ejecute recortes de tasas más drásticos este año en medio de los riesgos alcistas para la inflación mencionados anteriormente. Por lo tanto, podríamos ver un ciclo de relajación más pronunciado en el primer semestre de 2024, llevando la tasa de política a 7% en dic-24».
Fuente: La República