Para el inicio del último trimestre, la inflación se ubicó en 11,43%, el desempleo cerró en 9,3% y la venta de vivienda sigue a la baja de tasas.
Hacen falta 90 días para que se acabe 2023 y de estos, aproximadamente unos 60 días hábiles. A tan solo tres meses para que se acabe el año, los principales indicadores económicos dan cuenta de la desaceleración de la economía, pero también de las primeras señales de recuperación. La desaceleración se puede evidenciar en mercados como el de vivienda, en el cual se vendieron 87,156 en los primeros ocho meses de 2023. Esto es 86.419 unidades menos que en el mismo periodo de 2022.
En línea con el mercado de vivienda está el crecimiento del PIB para el segundo trimestre, el cual solo aumentó en 0,3%.
Sin embargo, se rescata la reducción continua desde hace cinco meses en la inflación, la cual hoy se ubica en 11,43%, esto es 1,91 puntos porcentuales por debajo del máximo histórico (13,34%) de marzo de este año.
Aunque leve, también ha sido continua la reducción del desempleo, el cual se ubicó en 9,3% para septiembre. Para el mismo mes de 2022 este se ubicó en 10,6%.
En tema de inflación, en el último trimestre será clave el fenómeno de El Niño y si continúan o no los aumentos en el galón de gasolina, que se están haciendo de forma progresiva mensualmente.
Entrando a ampliar sobre el mercado de vivienda, de acuerdo con las cifras de coordenada urbana de Camacol, en agosto se vendieron 8.699 unidades de vivienda, 52,2% menos que las 18.192 que se comercializaron en agosto de 2022.
Y como dato clave, hay que decir que en informe de Camacol para agosto, todas las regiones analizadas registraron caídas en el acumulado de los primeros ocho meses del año.
Sobre esto, César Tamayo, decano de la facultad de Economía de la Universidad Eafit, comentó que “en general, todos los indicadores de actividad económica nos muestran una desaceleración pronunciada. Casi no creció el PIB del segundo trimestre (0.3%) y en lo que va del año, actividades importantes como industria y comercio vienen decreciendo con fuerza. Muy severa ha sido la situación de venta de vivienda, que lleva 10 meses cayendo a doble dígito y en agosto cayó 52%”.
En relación con el crecimiento trimestral de la economía, no hay que dejar pasar el tema de exportaciones e importaciones.
“Por el lado de las exportaciones las cosas no parecen estar mejor, pues completan siete meses bajando, y en julio cayeron 30%. Si se suma esto a la inflación y sus expectativas, puede ser lejana la posibilidad de una reducción de tasas de interés de política en el futuro próximo”, agregó Tamayo. Cabe recordar que en el último reporte de exportaciones e importaciones del Dane, se registró que desde enero hasta julio de 2023, las exportaciones del país suman US$28.683 millones, lo que representó una contracción anual de 16,4%.
El panorama de desempleo, en cambio, ha venido mostrando señales de mejora.
El dato para agosto fue de 9,3%. Asimismo, la informalidad pasó de 57,4% en agosto de 2022 a 55,9% en agosto de 2023. En este campo, José Manuel Restrepo, rector de la Universidad EIA, comentó que “en materia de empleo vamos bien. La tasa de desempleo se ha reducido mes tras mes y se ha mantenido en un solo dígito. Se ha reducido la brecha de género en desempleo, y mejora también el comportamiento del empleo juvenil”.
Para Restrepo, ese mejor panorama en empleo es un punto que hay que aprovechar para la reactivación la industria, el comercio y la vivienda; sectores que como ya se mencionó, han venido en desaceleración. El rector también destacó el manejo que se le ha dado a la regla fiscal en 2023.
“Hay un ajuste fiscal en marcha y llegaremos este año a superar el fiscal primario. Además, sigue llegando la Inversión Extranjera Directa al país. Pese al bajo crecimiento en el segundo trimestre, el crecimiento del primer semestre es del orden de 1,6%, lo cual es positivo”, agregó Restrepo.
Por su parte, Juan Pablo Vieira, CEO de Tactical Trading, comentó que el bajo crecimiento del PIB en el segundo trimestre se evidencia en otros aspectos como la pérdida de confianza de los consumidores y empresarios. Para Vieira, la incertidumbre política impacta en el mercado de renta fija y variable.
“Las reformas que están sobre la mesa, la amenaza de nuevos impuestos a los empresarios, la inseguridad y bloqueos al transporte, el aumento en los precios de la energía, el ambiente político polarizado, entre otros factores, generan interrogantes sobre el desempeño económico para el país en los próximos meses. Son elementos que además, generan incertidumbre en los mercados de Renta Fija y Renta Variable”, dijo Vieira.
El experto agregó que a hoy, “el dólar parece haber llegado a su piso, se hace evidente que el apetito comprador ha finalizado en el tercer trimestre del año”. Cabe recordar que la tasa de cambio ha llegado a romper la barrera de $3.900. Sin embargo, no ha iniciado una clara tendencia de revaluación.
En renta variable, Vieira explicó que el panorama es positivo de corto plazo por la valorización de varios activos, luego de un movimiento extendido a la baja y sobrevendido durante los últimos meses. Pero advirtió que “la incertidumbre continuará de no existir un compromiso gubernamental por cuidar la confianza inversionista”.
Y por el lado de la Renta Fija, señaló que puede venir un nuevo aumento de tasas, es decir, una baja en precio, de confirmarse una modificación en la regla fiscal.
Regresando al tema de inflación, punto que acaparó la atención económica a inicios del año, hay que decir que aunque el IPC sigue presionando al alza, ya no es el rubro que más preocupa. Actualmente los sectores de combustibles y energéticos, son los que más jalonan. Por eso, para el último trimestre será clave la evolución del Fenómeno de El Niño y los incrementos en el galón de gasolina.
Según lo señaló un estudio de Corficolombiana, el fenómeno de El Niño tiene dos canales por los cuales impactará los precios de la energía. Por un lado, el menor nivel de reservas hídricas exacerbará los precios en bolsa. En segundo lugar, una presión alcista vendrá adicionalmente de los efectos de El Niño sobre el principal indexador de los contratos de largo plazo.
Hay que recordar que en los últimos meses las comercializadoras de energía eléctrica han advertido riesgos de liquidez ante mayor precio en bolsa. Este llegó a un nivel de $1.000 kWh/h, pero este precio coincidió en un momento en el que los embalses tienen un nivel significativo de 78%.
Aunque puede reconfortar el hecho de que solo 20% del mercado de energía tiene exposición a bolsa, aún no es claro el impacto que puede tener el panorama en el sector sobre las tarifas de los usuarios.
Y sobre la gasolina, este año el Gobierno ha mantenido la línea de establecer incrementos continuos sobre el precio del galón de gasolina. Esto se ha hecho con el propósito de cerrar el déficit en el Fondo de Estabilización de Precios de los Combustibles, Fepc. Actualmente el precio promedio del galón se ubica en $13.954, a la espera de que se confirme si habrán nuevos incrementos y de cuánto serán.
Ante esto, en los últimos meses, transportadores y taxistas han reiterado ante el Ministerio de Transporte su intención de que se revise la fórmula que fija los precios de los combustibles. “En las condiciones actuales, con un ajuste que se haga para octubre de $600 alcanzaríamos el precio internacional, dado que además el precio de alcohol carburante va subir $400 este mes. Si el ajuste fuera de $400 por galón quedaríamos muy cerca y en noviembre llegaríamos al precio internacional”, señaló el presidente de Xua Energy, Julio César Vera.
Y finalmente, aunque no se trata de indicadores económicos, no se puede dejar pasar lo que ha sido el trámite de las reformas en 2023. Estos proyectos han instaurando el panorama político del actual Gobierno, sobre el que se está a la espera si se establece el Acuerdo Nacional que ha propuesto el presidente. De lograrse, este podría generar un panorama de más concertación con los gremios.
Emisor aumentó expectativa de inflación para el cierre de 2024
Aún cuando el ministro Ricardo Bonilla y algunos de los gremios habían argumentado que se debía iniciar con la reducción en las tasas, en la última Junta, el Emisor decidió mantenerla en 13,25%. La razón detrás de esta decisión es que aunque la inflación sí se ha desacelerado, esta aún se ubica en un nivel superior al esperado por el mismo Banco de la República. Y dado que el IPC aún se mantiene alejado de la meta de 3%, el Banco realizó una variación en sus expectativas. Ahora se espera llegar a una inflación de 5% para el cierre de 2024.
Fuente: La República