La inteligencia artificial (IA) se posiciona como una herramienta poderosa para el mundo corporativo, pero un reciente escándalo protagonizado por Deloitte Australia evidencia que su uso sin control ni transparencia puede acarrear serias consecuencias legales y reputacionales.
Un informe de 237 páginas, elaborado por la firma para el gobierno australiano y valorado en USD 440.000, contenía errores graves producto del uso de modelos generativos, entre ellos:
- Referencias académicas inexistentes
- Notas al pie fabricadas
- Una cita falsa atribuida a un juez de la Corte Federal
Lo más alarmante es que Deloitte no advirtió expresamente que había utilizado inteligencia artificial en la elaboración del documento, afectando así la confianza, el principio de transparencia y la trazabilidad del contenido entregado al cliente.
¿Qué implicaciones deja este caso?
Desde una perspectiva técnica y legal, se abren preguntas clave que impactan directamente en el ejercicio profesional de firmas consultoras, auditores y asesores:
¿Existe negligencia profesional si no se verifica el contenido generado por IA?
¿Es necesario informar al cliente si se utilizan herramientas de inteligencia artificial?
¿Qué estándares éticos deben seguirse al integrar tecnología en servicios profesionales?
Aunque Deloitte ha devuelto parte del importe cobrado y sostiene que las recomendaciones del informe no se ven afectadas, la controversia ya ha generado un intenso debate político y social, e incluso podría derivar en nuevas regulaciones sobre el uso responsable de IA en informes oficiales y consultoría pública.
Un llamado al sector: ética, supervisión y confianza
Este caso no solo es un recordatorio de los riesgos tecnológicos, sino un llamado urgente a reforzar los protocolos de revisión y validación, especialmente en el trabajo profesional vinculado a auditoría, cumplimiento, consultoría y asesoría pública o privada.
Las firmas responsables deben:
- Garantizar que los documentos entregados estén respaldados por fuentes verificables
- Informar claramente al cliente si se ha utilizado IA como parte del proceso
- Asegurar que la supervisión humana prevalezca sobre la automatización, sin delegar la responsabilidad técnica ni ética
- La tecnología puede ser un aliado, pero nunca debe reemplazar el criterio, la experiencia ni la integridad profesional.
- El futuro del sector dependerá de cómo logremos integrar innovación con responsabilidad.
Fuente: The Impact lawyers