Esta entidad emitió un informe en el que advierte que este beneficio sólo incentiva la evasión y no da los mismos resultados que antes.
Si bien con el tiempo en Colombia se han creado varias herramientas para lograr que los ciudadanos se pongan al día con sus obligaciones tributarias, hay algunas de estas que generan ampolla entre los expertos y autoridades, puesto que son vistas como una forma de hacerle el quite a las normas, pese a estar dentro de la legalidad.
Este es el caso de las normalizaciones tributarias, que no es otra cosa que un mecanismo que le permite subsanar su situación fiscal a aquellos contribuyentes que, con corte a determinados períodos de tiempo, hayan omitido activos o incluido pasivos inexistentes en sus declaraciones.
La jornada más reciente se realizó en 2022, pero recientemente el debate volvió a tomar fuerza porque desde el Congreso de la República propusieron una normalización tributaria con el fin de aumentar los ingresos fiscales del país, teniendo en cuenta que el país está en un momento en el que necesita recursos para, entre otras cosas, activar la economía.
No obstante, de acuerdo con un reciente informe presentado por la Dian, la entidad sostiene que esta idea, que ya se ha llevado a cabo antes entre 2015 y 2022, cuando se hicieron normalizaciones cada año, a excepción de 2018 y 2021, permitió que “los evasores que reportaban en las declaraciones tributarias información falsa sobre sus activos o pasivos pudieran declarar lo que habían ocultado y pagar un impuesto”.
Cabe recordar que, según lo establecido por la ley, este tipo de acciones son una especie de saneamiento de activos, a las cuales se puede acceder mediante unos requerimientos que varían de fecha y monto a pagar, dependiendo de las características de cada jornada que se realice.
“Los activos normalizados no darán lugar a determinación de renta gravable por el sistema de comparación patrimonial, ni generarán renta líquida gravable en el año que se declaren ni en los años anteriores, respecto de las declaraciones del impuesto de renta y complementarios y del impuesto al patrimonio”, se indicaba en la última jornada, realizada en el 2022.
Es bueno tener presente que “esta inclusión no generará sanción alguna en el impuesto sobre la renta y complementarios y en el impuesto al Patrimonio”. Si bien en su momento fue celebrada y muchos contribuyentes se pusieron al día con las obligaciones tributarias, generando recursos para el país, al parecer esta no es una opción viable hoy en día.
Razones de la Dian
En el documento socializado este viernes, la Dian señaló que hay cinco razones por las que no es conveniente hacer más normalizaciones, empezando porque este tipo de herramientas premian a los evasores y se incentiva un comportamiento reincidente.
“Los programas de normalización de 2019, 2020 y 2022 acogieron a todos los contribuyentes, incluso a los que previamente habían demostrado incumplimiento en los deberes fiscales al normalizar en programas anteriores”, explicó esta autoridad tributaria.
Así mismo, el documento resalta que “el 20,4% de las personas que normalizaron en 2019 también había normalizado en 2015, 2016 y/o 2017. En 2020, el 21,6% de las personas que normalizó ya lo había hecho antes (en el primer programa o en la normalización de 2019) y en la normalización de 2022, 31,5% de las personas que participaron eran evasores reincidentes de normalizaciones pasadas”.
En segundo lugar, señaló que la normalización frecuente genera “incentivos perversos”, ya que se mina el respeto por la administración tributaria y se percibe como ineficiente. Así mismo se convierte en un premio para los más ricos, que se puede interpretar como un “jubileo tributario”.
Negativa en cifras
El informe presenta una serie de cifras con las que se demuestra, entre otras cosas, que entre más jornadas de este tipo se realicen en el país, menor será su efectividad. Esto teniendo en cuenta que “en la normalización de 2019 se declaró la mayor cantidad de dinero: $10,8 billones. Sólo en ese año los contribuyentes confesaron haberle ocultado a la administración tributaria un valor equivalente al 1% del PIB del país”.
“Cerca del 70% del dinero normalizado en 2019 ($7,1 billones) eran activos omitidos en el exterior. En 2020 se normalizó menos de la mitad del dinero de 2019: $4,9 billones de pesos, de los cuales 75% eran activos omitidos por fuera del país y en 2022 se normalizó apenas la mitad del dinero de 2020: $2,4 billones”, indicó.
Por otra parte, hablando del dinero que le entra al país por esto, indicó que en 2019, gracias al impuesto complementario de normalización tributaria, se recaudaron $1,4 billones de pesos (en precios de 2022), equivalentes al 0,7 % del recaudo obtenido ese año.
No obstante, en 2020, a pesar de que la tarifa del impuesto era mayor, el recaudo por este impuesto fue cerca de la mitad, llegando apenas a $750.000 millones (en precios constantes) y para el 2022 generó aún menores ingresos, ya que llegó a los $402.000 millones.
En el último punto, la Dian sostuvo que el fortalecimiento de las normas internacionales para luchar contra la evasión y compartir información de los activos y bienes de ciudadanos en más de 100 países, es otro motivo por el cual no es necesario dar gabelas a quienes no reportan sus propiedades e ingresos, ya que es mucho más fácil controlar.
“Más de 100 países han acordado intercambiar automáticamente información sobre las cuentas financieras de residentes fiscales de otros países bajo un mismo estándar de reporte”, explicó en el documento.
La entidad resalta que ya hay herramientas para perseguir a los evasores, que no se tenían antes, y debido a esto es más fácil dar con su paradero.
Reportes en el exterior
Por medio de la cooperación internacional, la Dian ha podido identificar a cerca de 240.000 colombianos que tienen activos financieros en otros países. De las personas que normalizaron activos en el exterior en 2019, 42,1% habían sido reportadas por otros países en el marco de los acuerdos de intercambio, mientras que en 2020, esta cifra se incrementó a 69,5% y para la de 2022, a 70,4%.
Fuente: Portafolio