El Gobierno se rehusó a sancionar esta ley, entre otras cosas, por no tener aval fiscal.
Una de las jornadas que muchos colombianos extrañan, sin duda alguna, es la de los ‘Días sin IVA’ que nacieron como una respuesta para hacer frente a la caída en el consumo que se dio durante la pandemia y que fueron retirados en este Gobierno bajo el argumento de que no generar mayor aporte al crecimiento económico, pero sí una fuerte carga fiscal a las cuentas de la Nación que no pasan por un buen momento.
Desde el Congreso de la República se generó un proyecto de ley para que estos días regresen y tras surtir todo el trámite que obligan las normas, se aprobó y fue presentado al presidente Gustavo petro para su sanción, quien esta semana anunció que no dará su aval para que se convierta en ley y presentó sus objeciones al poder legislativo.
En un documento elaborado por el Ministerio de Hacienda y firmado por el presidente Gustavo Petro se advierte que durante el paso de este proyecto por el Congreso, no se tomaron en cuenta los comentarios del Gobierno sobre los impactos fiscales que conllevará adoptar esta medida, además de que no cuenta con un plan para cubrir las pérdidas que generará la exoneración a las cuentas nacionales.
Opiniones encontradas
Tan pronto como se conoció esta noticia, un fuerte debate se generó en el país protagonizado por quienes sostienen que los ‘Días sin IVA’ no podían regresar y los que aseguran que la objeción de la sanción de la ley terminará en una pérdida de productividad para la industria y el comercio, que en este momento no la pasan bien y requerían de esta ayuda para recomponer el camino.
En primer lugar, el profesor de la Universidad Javeriana, Jorge Restrepo, sostuvo que lo hecho por el Gobierno es una buena decisión, ya que “hay que reducir todo gasto tributario, evitar nuevos como este del «Día sin IVA» y más aún en este momento de débil actividad económica”.
Muy similar opina el exministro de Hacienda, Juan Camilo Restrepo, quien señala que estas jornadas tienen un alto costo fiscal para el país y a la larga terminan beneficiando principalmente a productos importados, haciendo a un lado a la industria local, que en este momento es la que requiere especial atención.
“El anuncio del presidente Petro de que objetará la ley que revivía los ‘Días sin IVA’ es de las pocas decisiones sensatas que se le han visto a este Gobierno. Revivirlos, en un momento en el que, según informe de la Contraloría, los recaudos fiscales están desplomados y en un nivel inferior al de antes de la pandemia no pasa de ser un sin sentido”.
Esta celebración también se dio en el Congreso, donde sectores cercanos al Gobierno, manifestaron que haber dado aval a esta norma, además de ser una idea “populista”, le iba a terminar generando una severa afectación a la economía del país, especialmente desde sectores como el recaudo tributario.
María del Mar Pizarro, representante a la Cámara, recordó que “en 2023 el impacto fue de al menos $631.000 millones, según el Ministerio de Hacienda. Un poco más de lo que nos cuestan los 150 Puntos de Abastecimiento Solidario del Programa Hambre Cero. Además no aumenta el consumo, sólo cambia su temporalidad, pues ese día compramos lo que compraríamos en otras fechas, como Navidad”.
Doble moral
Si bien hubo quienes celebraron que se objetara el regreso de los ‘Días sin IVA’, desde otros sectores se lanzaron serias críticas al presidente Gustavo Petro y al Ministerio de Hacienda, a quienes culparon de que con esto no se de el impulso que la economía tanto necesita en medio de la desaceleración que enfrenta.
Lisandro Junco, exdirector de la Dian, sostuvo que los días sin IVA fueron una idea estratégica para la reactivación de la economía colombiana, generando bienestar para quienes pudieran acceder a ciertos productos como electrodomésticos o enseres necesarios, que normalmente no hubiesen podido comprar.
“Tuvieron un impacto fiscal, por cada día, de $150.000 millones, es decir, en tres días $450.000 millones y en los tres años cerca de $1,5 billones. Sin embargo, eso se neutralizó con el recaudo de otros órganos impuestos, como la retención en la fuente por los nuevos ingresos que tenemos los comerciantes, los industriales y los importadores”, explicó.
Este experto recordó que “el crecimiento en el impuesto de renta, sumado a las compras que se hacían con tarjeta de débito y tarjeta crédito, que generaban un mayor 4 por 1.000 y ni qué hablar de los impuestos municipales como el impuesto de industria y comercio, que generó un crecimiento importante en estas jornadas”, también compensaban, con lo cual era más grande el beneficio que las pérdidas.
Así mismo, para Miguel Uribe, congresista que apoyó la iniciativa, la objeción del Gobierno deja claro la “doble moral” con la que llevan las riendas del país, ya que mientras promovió proyectos sin aval o conceptos fiscales en pasadas legislaturas, ahora sostienen que necesitan este requisito para una ley que ya se aprobó en el Congreso.
“Este proyecto no requiere aval fiscal porque es una decisión opcional y a discreción del Ejecutivo. Pero no solo eso, en los días sin IVA del 2020, 2021 y 2022 quedó claro que existió un aumento en el recaudo generado por otros impuestos. Quitarle la posibilidad al comercio de reactivarse, cuando lleva meses en caída y a los colombianos la opción de comprar productos que de otra forma no podrían, es una canallada, por decir lo menos”, concluyó.
Desde la oposición se advirtió que ya hay un camino surtido que harán respetar y que sin importar que la Casa de Nariño quiera o no, llevarán este caso a todas las instancias necesarias para garantizar que las cosas se hagan como es debido.
Fuente: Portafolio