El grito de la independencia de Colombia en 1810 marcó un hito en la historia nacional y se conmemora cada 20 de julio. Con la historia, la economía del país ha pasado por productos protagónicos como el oro, el café, el petróleo, el carbón, entre otros.
Los antecedentes económicos a la Independencia se basaron en el oro, pues en el virreinato de la Nueva Granada se desarrolló la minería de este metal precioso. Este sector creció 2,5% anual entre 1750 y 1800, de acuerdo con el autor Salomón Kalmanovitz en ‘Consecuencias económicas de la independencia en Colombia’.
En aquel momento, las actividades mineras jalonaban la producción agrícola, ganadera y artesanal en varias regiones del virreinato.
Diego Gómez, director Esic, explica que, luego de la Independencia, en torno al oro se generó una independencia y se generó una estructura comercial y empresarial, lo que permitió generar desarrollo importante en Cauca y Antioquia, sobre todo en este último hacia mediados del siglo XVIII.
Sin embargo, Wilson Pabón, historiador y docente universitario, señala que, aunque se entiende que la Independencia significó una ruptura con el periodo colonial, varias condiciones coloniales continuaron durante la época de la República. «Fue un proceso muy lento, seguíamos en un proceso de dependencia muy marcado». Aunque el principal producto de exportación era el oro, se producía añil, quina, algodón y tabaco.
Pabón resalta que si bien la Independencia cambió la relación directa de dependencia a España, porque antes obligaba a producir aquí para suplir necesidades de Inglaterra, Francia y Holanda. El proceso independentista buscó que los comerciales de los criollos comercializaran con estos países directamente». Por eso la economía seguía siendo dependiente de Europa.
De hecho, parte de las deudas de Colombia se pagaron entregando la concesión del oro de la mina de Marmato, Caldas. «Los ingenieros que vinieron a trabajar en la mina de Marmato fueron los que dieron lugar al boom del oro y luego con la mina del Zancudo», asegura Gómez.
«Pasar de Nueva Granada a Colombia significó que este fuera un país con mucha riqueza agrícola, pero muy despoblado, con campesino que se dedicaba a cultivar lo que necesitaba, relata Pabón.
También había explotación importante en Salitre, en el Magdalena medio alto, hacia Honda, Mariquita. Había comercio de quina y más adelante se desarrolló el del caucho», relata Gómez.
Allí se comienza a transformar la producción; el oro comienza a escasear y las transformaciones sociales relacionadas con el desplazamiento de campesinos hacia zonas templadas, así como la abolición de la esclavitud (a mediados del siglo XIX) hace que el oro pierda interés.
Un producto insignia de la economía colombiana es el café, pero es hasta el siglo XIX que cobra esa relevancia. Gómez resalta que, luego de las reformas borbónicas, al iniciar el siglo XIX, se desarrollaron canales de comercialización importantes vía Jamaica, «comerciantes adinerados desarrollaron tierras que desencadenaron las fases de la colonización antioqueña, hacia 1850, fue la gran explosión del café».
El historiador Pabón comenta que, aunque los españoles trajeron café para sembrar en estas tierras en el siglo XVII, no es sino hasta el XIX que cobra la relevancia la producción de café en altas cantidades.
«Los campesinos sin tierra se desplazaron hacia la zona del eje cafetero, los Santanderes y el Huila, pero el café no es un producto tradicional típico de Colombia, se trajo de Etiopía, África, y se comienza a cultivar aquí, más adelante se convierte en el principal producto de importación colombiano por parte de Inglaterra».
Luego de la Primera Guerra Mundial, es Estados Unidos la potencia que marca la producción de las tierras colombianas. En esa época, cobró relevancia el banano y empieza la explotación del petróleo, según relata Pabón.