El fenómeno de El Niño, ya declarado a nivel global, podría tener impacto en la productividad laboral, y por ende, pérdidas económicas. Esto porque el evento climático puede traer estrés calórico, fatiga mental o física en los trabajadores, escasez de mano de obra, racionamiento de agua y energía, y el incremento de costos asociados. En Colombia, esto podría significar pérdidas de $3,7 billones.
A nivel internacional ya se ha corroborado el impacto que el evento climático puede tener en términos de productividad y costos laborales. El Banco Mundial adelantó un estudio en 2019 en el que se encontró que los periodos de sequía producen una disminución de 0,6% en las horas laborales de los trabajadores formales.
La peor parte la llevan los trabajadores informales, cuyas horas trabajadas se reducen en 4,5 %, lo que genera una pérdida de 6,4% en sus ingresos laborales mensuales.
Teniendo este estudio como referencia, el Consejo Colombiano de Seguridad (CCS) estimó el impacto de El Niño generaría en el mercado laboral de las principales ciudades y áreas metropolitanas durante los próximos 10 meses. Para realizar el cálculo, se tomó el salario promedio mensual reportado por el Observatorio Fiscal de la Universidad Javeriana, estimado en $2.098.239 para el sector formal y $901.246 para el sector informal.
De acuerdo a los resultados que se obtuvieron, la población ocupada informal dejaría de percibir $2,88 billones, mientras que las pérdidas para el sector formal alcanzarían $838.000 millones; es decir, un total de más de $3,7 billones. Esta cifra equivale a aproximadamente 0,25 % del PIB nacional y casi 20 % de lo que pretende recaudar la más reciente reforma tributaria en 2023. Desagregando estas pérdidas por ciudades, Bogotá aportaría $1,08 billones, seguida por Medellín ($592.000 millones), Cali ($386.000 millones) y Barranquilla ($343.000 millones).
En el caso del sector informal, el costo lo asume el propio trabajador, dejando de percibir esos ingresos, o trabajando más horas al día para reponer dichas pérdidas. Por el contrario, para el sector formal, este costo lo asume el empleador, al disminuir las horas trabajadas de sus colaboradores, o teniendo que asumir el costo de horas extras.
Adriana Solano Luque, presidenta ejecutiva del Consejo Colombiano de Seguridad, explicó que «la reducción de 6,4 % en los ingresos laborales de los trabajadores informales durante las sequías es motivo de preocupación ya que dificulta aún más los esfuerzos para reducir la pobreza, especialmente en el contexto actual». Solano también hizo la salvedad de que el impacto puede ser mucho mayor ya que el análisis no contempló ciudades intermedias, pequeños municipios, cascos urbanos y áreas rurales donde se concentra un gran porcentaje de los trabajadores informales, ligados particularmente a las actividades agropecuarias.
¿Por qué El Niño deteriora la productividad?
De acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT), cuando la temperatura supera los 33 grados centígrados, con una intensidad de trabajo moderada, los trabajadores pierden hasta 50% de su capacidad laboral. Incluso, pueden fallecer si la temperatura supera los 40,6 grados centígrados.
Se generan efectos negativos para la salud ya que la presencia prolongada en ambientes muy calurosos puede resultar en un aumento excesivo de la temperatura corporal y desencadenar emergencias. En el sector formal, por ejemplo, los trabajadores que laboran en espacios cerrados como fábricas y oficinas enfrentan riesgos si los niveles de temperatura no se controlan adecuadamente.
Esto, trasladado a las empresas, se puede traducir en una escasez de mano de obra en áreas mal acondicionadas donde las personas no están dispuestas a trabajar por el salario actual. Aunque los trabajadores en ambientes climatizados estarán mucho más cómodos y serán más productivos, las organizaciones deberán costear el incremento en el consumo de energía, recurso que se limita en temporadas secas debido al descenso en el nivel de los embalses.